viernes, 19 de junio de 2009

Un santo en vida.


"Vicente Ferrer no va a morir nunca. Le suban o no a los altares, a Vicente Ferrer, que fue un santo en vida, le espera la Gloria. No la gloria mundana, que su exquisita sencillez siempre quiso evitar, sino la verdadera, la buena, la definitiva"
Padre Ángel García, fundador de Mensajeros de la Paz.
(Fuente: www.elpais.es)

martes, 19 de mayo de 2009

Efecto de envejecimiento



Un efecto muy buscado en la fotografía es el de envejecimiento.
La fotografía envejecida evoca tiempos pasados, melancolía y viejos y buenos tiempos. En ocasiones crea contradicciones interesantes.
El hombre que más ha vivido no es aquél que más años ha cumplido, sino aquel que más ha experimentado la vida.
Jean-Jacques Rousseau
Los japoneses, en la vanguardia de todo lo que tiene que ver con la fotografía, han desarrollado una aplicación on-line para crear este efecto. Lo tienes en este vínvulo:

http://labs.wanokoto.jp/olds

Como verás está disponible en dos idiomas. Así si no te aclaras con el inglés omnipresente puedes probar con el japones.

Espero que a partir de ahora envejezcas bien.

viernes, 23 de enero de 2009

En construcción


Con cierta periodicidad se ofrecen a la opinión pública estadísticas y encuestas sobre quejas de usuarios. Esta semana la prensa nacional se hizo eco de un nuevo informe sobre el asunto publicado por Facua.

Como técnico y también como docente de futuros técnicos me duele que el sector en el que opero ostente tan dudoso honor. Y me duele porque en parte tienen razón, muy a mi pesar.

Si hubiera un regulador del sector tendría mucho trabajo que hacer y ponerse, nunca mejor dicho, manos a la obra.
La ausencia de calidad cuesta mucho dinero a la sociedad. Porque ya no son solo las quejas de los usuarios por los incumplimientos de plazos en la entrega de llaves y por las deficiencias y daños. Muchas de las cuales terminan en en manos de las justicia, colaborando a su colapso y al coste desorbitado de mantener un sistema judicial que resuelva todos estos litigios. Todo el dinero de mantener un sistema judicial que nos garantice nuestros derechos sale de nuestros impuestos.

También son los accidentes laborales. Una verdadera lacra de la sociedad en general y de este sector en particular. Un problema sobre el que ya quisiera que la sociedad tomara conciencia y adoptara una mínima cultura de prevención. Y no me digan que la hemorragia normativa sobre el asunto es síntoma de cultura...
La cultura no consiste sólo en dictar las reglas,
sino también en mejorar las costumbres.
J. G. HERDER
La siniestralidad del sector tiene un coste obsceno para un país que se dice que es la octava potencia económica mundial. Un coste altísimo, incuantificable, para los trabajadores y sus familias, especialmente en los casos en los que se pierde lo más preciado, la vida. Aunque el resto de balances contables que producen la siniestralidad estuvieran a cero, solo por evitar el dolor a las familias, sería obligado presentar batalla sin cuartel a la siniestralidad.
Pago de pensiones de invalidez, prestaciones por baja, atención sanitaria, pérdida de productividad, etc. La suma es astronómica. Solo a los efectos de poder tomar conciencia del coste "económico" que produce la siniestralidad os daré un par de datos. En 2002, el sindicato CCOO, cifró este coste en 12.000 millones de euros, para todos los sectores productivos. En 2004, un estudio de ISTAS cifró el impacto económico de las enfermedades profesionales incidentes, esto es, casos nuevos, en 2.100 millones de euros y el de las enfermedades profesionales prevalentes, casos ya existentes, en 40.000 millones de euros.
Y esto, cada año. A veces, es peor.
Todo ese dinero también sale de nuestros impuestos.
Es preferible perder un minuto evitando un accidente,
que un mes curando una herida.
En definitiva, la propia falta de un regulador del sector nos cuesta dinero. Durante muchos, muchos, muchos años, en el sector de la construcción ha podido operar quien quiera, sin necesidad de acreditar nada más que sus ganas de hacer dinero. Nunca se ha exigido requisito alguno para poder operar en el sector.
Por supuesto no cuestiono la libertad de empresa, derecho constitucional vital para el progreso de nuestra sociedad. Lo que cuestiono es que no se regule tal derecho en el caso particular de este sector. Y pongo un ejemplo.
Si dispongo de capital y deseo invertirlo en el sector de la sanidad puedo crear una empresa, construir un hospital y operar en el sector. ¡En el sector!, pero no en el quirófano. Para ello necesito que un cuadro médico, especialistas de esa profesión, sean quienes dirijan, gestionen y lleven a cabo las "operaciones de campo".
Pues bien, eso no ocurre en el sector de la construcción. Muchas, muchas, muchas empresas operan en el sector sin la más mínima formación específica en la materia y cualificación técnica.
Por suerte, en 2006, la ley de subcontratación en el sector de la construcción empezó a poner los cimientos para una regulación de la solvencia técnica de las empresas. Pero me temo que esa obra va muy lenta. Sería deseable que el legislador y el ejecutivo tomaran decisiones más contundentes sobre esta cuestión y se exigiera la solvencia técnica propia de la octava potencia económica del mundo mundial.
Si no te gusta tu trabajo no hagas huelga.
Sigue yendo todos los días al trabajo
y sigue haciéndolo a medias.
HOMER SIMPSON
Mientras tanto, todas esas empresas hacen competencia desleal a aquellas otras que sí apuestan por la calidad y por la prevención de los riesgos laborales. Que también las hay.

Ahora, con las anunciadas inyecciones de dinero público (que también sale de nuestros impuestos) se dará trabajo al sector. Bienvenido sea. Pero una parte de ese dinero se perderá en subcontrataciones que no aportan valor a la obra pero que sacan su beneficio de este sistema. Otra parte se perderá en deficiencias de las obras, por defectos en el proyecto (por el poco tiempo para su elaboración, etc.) por defectos en la dirección de las obras (por que pocos son agraciados con muchas obras a las que no hay tiempo material para atender, etc.) por defectos de construcción (por la falta de solvencia técnica de sus gestores y la falta de oficio de sus trabajadores, etc). Y lo más sangrante, por las supuestas comisiones a políticos. Que a estos tampoco estaría mal exigirles algo de solvencia ética.
El resultado: la eficacia de nuestros impuestos, por los suelos. De cada euro invertido ¿qué parte aportará valor a la sociedad y nos ayudará a superar la pertinaz crisis que nos azota? Sí, en otro tiempo era la sequía.

Y ahora tu tienes la palabra...

domingo, 18 de enero de 2009

sábado, 17 de enero de 2009

http://www.panoramio.com/user/431290

Ellos ya la han visitado... ¿y tú?

jueves, 15 de enero de 2009

El mejor trabajo del mundo


Estos dias ha saltado a los medios de comunicación la noticia de la oferta del mejor trabajo del mundo. Puede ser una alternativa para salir de la crisis.
La información completa la tienes aquí.
Si finalmente eres candidato seleccionado para el puesto, por favor, no olvides enviarme una postal.
Las oportunidades no se pierden,
siempre hay alguien que aprovecha lo que uno deja pasar.
Anónimo.
Y ahora tu tienes la palabra...

miércoles, 14 de enero de 2009

La (in)justicia que perciben los ciudadanos.

Sea un ciudadano cualqueira de este pais, España. Este ciudadano ejerce una profesión. En general la ejerce bien, con buena praxis profesional. Pero un día comete un error (supongamos que queda probado que el profesional comete el error) y el resultado es que otra persona fallece.

Las acciones o inacciones del profesional son sometidas a juicio por otros profesionales (de la Justicia).

En la casi totalidad de las profesiones, médicos, ingenieros, arquitectos, aparejadores, etc. al profesional se le aplicará el artículo 142 del código penal.
Artículo 142.
1. El que por imprudencia grave causare la muerte de otro, será castigado, como reo de homicidio imprudente, con la pena de prisión de uno a cuatro años.

2. Cuando el homicidio imprudente sea cometido utilizando un vehículo a motor, un ciclomotor o un arma de fuego, se impondrá asimismo, y respectivamente, la pena de privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores o la privación del derecho a la tenencia y porte de armas, de uno a seis años.

3. Cuando el homicidio fuere cometido por imprudencia profesional se impondrá además la pena de inhabilitación especial para el ejercicio de la profesión, oficio o cargo por un período de tres a seis años.
Habida cuenta de que en este supuesto se ha considerado probado que el profesional cometió el error (acción u omisión de sus obligaciones), y que este error desencadenó, directa o indirectamente, una cadena de acontecimientos que resultó con el fallecimiento de una persona, la sentencia le declararía culpable de homicidio imprudente con pena de prisión y de inhabilitación para el ejercicio de su profesión por un periodo determinado, en aplicación del citado artículo 142 del código penal.

Excepto si eres juez, entonces tus acciones se someten también al "juicio" (3. m. Opinión, parecer o dictamen.) de otros profesionales (de la Justicia), como la Comisión Disciplinaria del Consejo General del Poder Judicial. Pero sus miembros resuleven que el juez ha incurrido en "falta grave" sancionable con multa de 1500 €.

Quede claro que no pretendo hacer crítica de las profesiones ni crear agravios entre ellas. De eso ya se encargan otros con sus resoluciones. Solo pretendo reflexionar y que tu reflexiones acerca de lo absurdo de estas reglas de juego.
Estoy convencido de que la inmensa mayoría de los profesionales, por supuesto jueces incluidos, ejercen con el celo exigido por la buena praxis profesional. Y que nadie se levanta por la mañana con la intención de que alguien fallezca por su causa (acción o inacción) ya sea en un quirófano, en una obra de construcción o en la calle.
Pero no entiendo (y parece que no soy el único) cómo hechos que las personas de la calle peciben como de la misma naturaleza pueden tener opiniones, pareceres o dictámenes tan opuestos.
Y ahí nace el agravio. Y de ese agravio crece la injusticia.

Luego, viene el esperpento de las declaraciones.
Supongamos que el abogado defensor del juez declara que: "El juez no es responsable ni directa de indirectamente de la muerte de una persona". ¡Hombre! arguméntelo, porque si convence a todos en el futuro también se podría afirmar que "El médico no es responsable ni directa de indirectamente de la muerte de una persona (paciente)" o que "El ingeniero no es responsable ni directa de indirectamente de la muerte de una persona (trabajador)" o, etc.
Supongamos que los miembros que opinan sobre el error judicial califican la actuación del juez como una "falta muy grave de desatención" sancionable con multa. Pues también podían argumentarlo porque tal vez tambien se pueda calificar la actuación del médico como una "falta muy grave de desatención" sancionable con multa o calificar la actuación del arquitecto como una "falta muy grave de desatención" sancionable con multa o, etc.
Y crear una doctrina jurisprudencial igual para todos.

No quiero con este discurso sobre las declaraciones amparar a las malas prácticas profesionales que producen el resultado de muerte de forma que todos los supuestos anteriores queden resueltos con una multa. Nada más lejos de mi intención y mi convicción.

Me consuelo con la creencia de que la mayoría de los profesionales de la justicia no comparten este tipo de actuaciones y les molesta el daño que se hace al prestigio de esta profesión.

Seguro que hay citas de algún personaje célebre y de reconocido prestigio que lo pueden ilustrar mejor. Pero yo hecho mano de una más popular sacada de una película que ni siquiera es un clásico. Una película común como la gente común.
Que Dios nos conceda
sabiduría para distinguir lo justo,
voluntad para elegirlo
y fuerza para hacerlo cumplir.

Arturo de Camelot, en la película "First Knight"
Hoy dos por el precio de una.
Los errores son tan grandes
como los resultados que causan.

Gregory House, M.D.
Y ahora tu tienes la palabra...

martes, 13 de enero de 2009

Gervasio Sánchez, periodista y fotógrafo

Hace unos días, al calor de un café calentito, mi amigo Rafa me contó por encima algo sobre un periodista que al recoger un premio les sacó los colores a los políticos asistentes tales como la Vicepresidenta del Gobierno, varios ministr@s, exministros del Partido Popular, la Presidenta de la Comunidad de Madrid, el Alcalde de Madrid, el Presidente del Senado y centenares de personas..

Ayer mi amigo Vicente me envió un PPT sobre el mismo asunto y con todos los datos (no lo cuelgo porque, como buen novato, no sé cómo hacerlo. Cualquier ayuda es bienvenida) Lo podéis visualizar y/o descargar desde aquí.

Buscando en Google he encontrado el discurso en varios sitios, aunque ninguno era una hemeroteca de la prensa española. ¡Qué curioso! El texto lo he tomado de www.educarueca.org. Dice así:

Estimados miembros del jurado, señoras y señores:

Es para mí un gran honor recibir el Premio Ortega y Gasset de Fotografía convocado por El País, diario donde publiqué mis fotos iniciáticas de América Latina en la década de los ochenta y mis mejores trabajos realizados en diferentes conflictos del mundo durante la década de los noventa, muy especialmente las fotografías que tomé durante el cerco de Sarajevo. ….

Quiero dar las gracias a los responsables de Heraldo de Aragón, del Magazine de La Vanguardia y la Cadena Ser por respetar siempre mi trabajo como periodista y permitir que los protagonistas de mis historias, tantas veces seres humanos extraviados en los desaguaderos de la historia, tengan un espacio donde llorar y gritar.

No quiero olvidar a las organizaciones humanitarias Intermon Oxfam, Manos Unidas y Médicos Sin Fronteras, la compañía DKV SEGUROS y a mi editor Leopoldo Blume por apoyarme sin fisuras en los últimos doce años y permitir que el proyecto Vidas Minadas al que pertenece la fotografía premiada tenga vida propia y un largo recorrido que puede durar décadas.

Señoras y señores, aunque sólo tengo un hijo natural, Diego Sánchez, puedo decir que como Martín Luther King, el gran soñador afroamericano asesinado hace 40 años, también tengo otros cuatro hijos víctimas de las minas antipersonas: la mozambiqueña Sofia Elface Fumo, a la que ustedes han conocido junto a su hija Alia en la imagen premiada, que concentra todo el dolor de las víctimas, pero también la belleza de la vida y, sobre todo, la incansable lucha por la supervivencia y la dignidad de las víctimas, el camboyano Sokheurm Man, el bosnio Adis Smajic y la pequeña colombiana Mónica Paola Ojeda, que se quedó ciega tras ser víctima de una explosión a los ocho años.

Sí, son mis cuatro hijos adoptivos a los que he visto al borde de la muerte, he visto llorar, gritar de dolor, crecer, enamorarse, tener hijos, llegar a la universidad. Les aseguro que no hay nada más bello en el mundo que ver a una víctima de la guerra perseguir la felicidad.

Es verdad que la guerra funde nuestras mentes y nos roba los sueños, como se dice en la película Cuentos de la luna pálida de Kenji Mizoguchi.

Es verdad que las armas que circulan por los campos de batalla suelen fabricarse en países desarrollados como el nuestro, que fue un gran exportador de minas en el pasado y que hoy dedica muy poco esfuerzo a la ayuda a las víctimas de la minas y al desminado.

Es verdad que todos los gobiernos españoles desde el inicio de la transición encabezados por los presidentes Adolfo Suarez, Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero permitieron y permiten las ventas de armas españolas a países con conflictos internos o guerras abiertas.

Es verdad que en la anterior legislatura se ha duplicado la venta de armas españolas al mismo tiempo que el presidente incidía en su mensaje contra la guerra y que hoy fabriquemos cuatro tipos distintos de bombas de racimo cuyo comportamiento en el terreno es similar al de las minas antipersonas.

Es verdad que me siento escandalizado cada vez que me topo con armas españolas en los olvidados campos de batalla del tercer mundo y que me avergüenzo de mis representantes políticos.

Pero como Martin Luther King me quiero negar a creer que el banco de la justicia está en quiebra, y como él, yo también tengo un sueño: que, por fin, un presidente de un gobierno español tenga las agallas suficientes para poner fin al silencioso mercadeo de armas que convierte a nuestro país, nos guste o no, en un exportador de la muerte.

Muchas gracias.

Si quieres saber más empieza por este blog donde colabora.
Gracias Rafa. Gracias Vicente. Gracias Victor. Gracias Gervasio.
Si seguimos haciendo lo que estamos haciendo,
seguiremos obteniendo lo que estamos obteniendo.
Stephen Covey
Y ahora tu tienes la palabra...

viernes, 9 de enero de 2009

Panoramio

Otra forma de vida alternativa y virtual es mi galería de fotografías geoposicionadas.
Las puedes ver en http://www.panoramio.com/user/431290
Hablan por sí solas. Algunas dicen poco, otras menos.

Inicio

Hoy es el primer día del resto de la vida de este blog.

Todo lo que quiere este blog son las mismas respuestas que todos buscamos.
¿De dónde vengo?
¿A dónde voy?
¿Cuanto tiempo me queda?
Todo lo que yo puedo hacer es sentarme aquí y escribir.