miércoles, 14 de enero de 2009

La (in)justicia que perciben los ciudadanos.

Sea un ciudadano cualqueira de este pais, España. Este ciudadano ejerce una profesión. En general la ejerce bien, con buena praxis profesional. Pero un día comete un error (supongamos que queda probado que el profesional comete el error) y el resultado es que otra persona fallece.

Las acciones o inacciones del profesional son sometidas a juicio por otros profesionales (de la Justicia).

En la casi totalidad de las profesiones, médicos, ingenieros, arquitectos, aparejadores, etc. al profesional se le aplicará el artículo 142 del código penal.
Artículo 142.
1. El que por imprudencia grave causare la muerte de otro, será castigado, como reo de homicidio imprudente, con la pena de prisión de uno a cuatro años.

2. Cuando el homicidio imprudente sea cometido utilizando un vehículo a motor, un ciclomotor o un arma de fuego, se impondrá asimismo, y respectivamente, la pena de privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores o la privación del derecho a la tenencia y porte de armas, de uno a seis años.

3. Cuando el homicidio fuere cometido por imprudencia profesional se impondrá además la pena de inhabilitación especial para el ejercicio de la profesión, oficio o cargo por un período de tres a seis años.
Habida cuenta de que en este supuesto se ha considerado probado que el profesional cometió el error (acción u omisión de sus obligaciones), y que este error desencadenó, directa o indirectamente, una cadena de acontecimientos que resultó con el fallecimiento de una persona, la sentencia le declararía culpable de homicidio imprudente con pena de prisión y de inhabilitación para el ejercicio de su profesión por un periodo determinado, en aplicación del citado artículo 142 del código penal.

Excepto si eres juez, entonces tus acciones se someten también al "juicio" (3. m. Opinión, parecer o dictamen.) de otros profesionales (de la Justicia), como la Comisión Disciplinaria del Consejo General del Poder Judicial. Pero sus miembros resuleven que el juez ha incurrido en "falta grave" sancionable con multa de 1500 €.

Quede claro que no pretendo hacer crítica de las profesiones ni crear agravios entre ellas. De eso ya se encargan otros con sus resoluciones. Solo pretendo reflexionar y que tu reflexiones acerca de lo absurdo de estas reglas de juego.
Estoy convencido de que la inmensa mayoría de los profesionales, por supuesto jueces incluidos, ejercen con el celo exigido por la buena praxis profesional. Y que nadie se levanta por la mañana con la intención de que alguien fallezca por su causa (acción o inacción) ya sea en un quirófano, en una obra de construcción o en la calle.
Pero no entiendo (y parece que no soy el único) cómo hechos que las personas de la calle peciben como de la misma naturaleza pueden tener opiniones, pareceres o dictámenes tan opuestos.
Y ahí nace el agravio. Y de ese agravio crece la injusticia.

Luego, viene el esperpento de las declaraciones.
Supongamos que el abogado defensor del juez declara que: "El juez no es responsable ni directa de indirectamente de la muerte de una persona". ¡Hombre! arguméntelo, porque si convence a todos en el futuro también se podría afirmar que "El médico no es responsable ni directa de indirectamente de la muerte de una persona (paciente)" o que "El ingeniero no es responsable ni directa de indirectamente de la muerte de una persona (trabajador)" o, etc.
Supongamos que los miembros que opinan sobre el error judicial califican la actuación del juez como una "falta muy grave de desatención" sancionable con multa. Pues también podían argumentarlo porque tal vez tambien se pueda calificar la actuación del médico como una "falta muy grave de desatención" sancionable con multa o calificar la actuación del arquitecto como una "falta muy grave de desatención" sancionable con multa o, etc.
Y crear una doctrina jurisprudencial igual para todos.

No quiero con este discurso sobre las declaraciones amparar a las malas prácticas profesionales que producen el resultado de muerte de forma que todos los supuestos anteriores queden resueltos con una multa. Nada más lejos de mi intención y mi convicción.

Me consuelo con la creencia de que la mayoría de los profesionales de la justicia no comparten este tipo de actuaciones y les molesta el daño que se hace al prestigio de esta profesión.

Seguro que hay citas de algún personaje célebre y de reconocido prestigio que lo pueden ilustrar mejor. Pero yo hecho mano de una más popular sacada de una película que ni siquiera es un clásico. Una película común como la gente común.
Que Dios nos conceda
sabiduría para distinguir lo justo,
voluntad para elegirlo
y fuerza para hacerlo cumplir.

Arturo de Camelot, en la película "First Knight"
Hoy dos por el precio de una.
Los errores son tan grandes
como los resultados que causan.

Gregory House, M.D.
Y ahora tu tienes la palabra...

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